martes, julio 29, 2014

AMANTES LIRICOS - AMANTES EPICOS


Entre los hombres que van tras muchas mujeres podemos distinguir fácilmente dos categorías. Unos buscan en todas las mujeres su propio sueño, subjetivo y siempre igual, sobre la mujer. Los segundos son impulsados por el deseo de apoderarse de la infinita variedad del mundo objetivo de la mujer.
La obsesión de los primeros es lírica: se buscan a sí mismos en las mujeres, buscan su ideal y se ven repetidamente desengañados porque un ideal es, como sabemos, aquello que nunca puede encontrarse. El desengaño que los lleva de una mujer a otra le brinda a su inconstancia cierta disculpa romántica, de modo que muchas mujeres sentimentales pueden sentirse conmovidas por su terca poligamia.
La segunda obsesión es épica y las mujeres no ven en ella nada conmovedor: el hombre no proyecta sobre las mujeres un ideal subjetivo; por eso todo le resulta interesante y nada puede desengañarlo. Y es precisamente esa incapacidad para el desengaño la que contiene algo de escandaloso. La obsesión del mujeriego épico le produce a la gente la impresión de que no se ha pagado nada a cambio de ella (no se ha pagado con el desengaño).
Debido a que el mujeriego lírico persigue siempre al mismo tipo de mujeres, nadie se da cuenta de que cambia de amantes; los amigos le crean permanentemente conflictos porque no son capaces de diferenciar a sus amigas y les atribuyen siempre el mismo nombre.
Los mujeriegos épicos (y por supuesto que Tomás es uno de ellos) se alejan cada vez más, en su búsqueda del conocimiento, de la belleza femenina convencional, de la que se han hartado rápidamente, y terminan indefectiblemente como coleccionistas de curiosidades. Saben que lo son, les da un poco de vergüenza y, para no poner a los amigos en aprietos, no suelen salir públicamente con sus amantes.”


Milan Kundera, la insoportable levedad del ser

sábado, julio 19, 2014

Cioran


A causa de la palabra, los hombres dan la ilusión de ser libres. Si hiciesen lo que hacen sin decir una sola palabra, se les tomaría por autómatas. Al hablar se engañan a si mismos igual que engañan a los demás: si anuncian lo que van a llevar a cabo, ¿cómo pensar que no son dueños de sus actos?

domingo, julio 06, 2014

Pedro Soto de Rojas (1584-1658)

Ardo, si, mas no te amo,
tirana rigurosa, indignamente amada, indigna hermosa;
ya no te alabarás de mis heridas,
ya las entrañas tengo endurecidas
y el pecho sin dolores,
que si ardo, ardo de enojos, y no de amores

Soneto, Juan de Tassis y Peralta

Amor es un misterio que se cría
en las dulces especies de su objeto; de causas advertida, luz y efeto,
y de ciegos efetos, ciega guía

Fraude que apateció la fantasía,
imán del daño, acíbar del secreto;
de tirana deidad, ley sin preceto,
de preceptos sin ley, leal porfía

En cielo oscuro, tempestad serena,
apacible pasión, dulce fatiga,
lisonja esquiva, lisonjera pena;

premio que mata, alivio que castiga,
causa que, propiamente siendo ajena,
con l oque mas ofende mas obliga

la Cuarta Via para el NWO

protestando, dimos vuelta a la plaza como borregos, como pitufos idiotas....
esos viejos   emierda nos veian la cara y por dentro inflaban sus barrigotas burguesas y satisfechas...recordando la sudorosa mano del señor alcalde o el amigo parlamentario y el promisorio presente y futuro que les esperaba por haberse vendido
los malditos
......

2007