El fracaso del deseo
La renuncia a seguir deseando
La indiferenciado ante el fracaso
La rendición lenta pero cada vez más rápida hacia el oscuro horizonte
Intenté huir constantemente, pero volvías una y otra vez. La idea de la Bruja es real; es un hechizo que va más allá de la voluntad propia, que se apodera de ti como un filtro esparcido en cada neurona, como una serie de imágenes repetitivas que permanecen ahí, sin abandonarte.
“Bicho raro”, decías, con ternura, con interés. No sabías que todo es fachada, siempre. Que lo real y auténtico no existe. Incluso esas ideas tuyas, esas bondadosas y justas ideas, se desmoronan, desarraigadas por la repetición eterna de los mismos esquemas, las mismas iteraciones a las que los vivos estamos condenados. La repetición infinita de las órbitas determinadas por nuestros genes y por nuestro destino, escrito en este plan absurdo llamado universo.